sábado, 26 de septiembre de 2015

ru(t)ina

The past is a foreign country.
L. P. Hartley

Los contrastes, el caos, la fuerza, el vértigo y la grandeza de México te hacen sentir los dos extremos de la existencia: la rutina (bendita rutina, cuando las cosas funcionan) y la ruina (la tristeza y la injusticia que se aprecia a cada lado y en cada momento). Empiezan a ser rutina, por desgracia(s) (+43), las marchas y concentraciones por Ayotzinapa: hoy se cumple un año.

viernes, 18 de septiembre de 2015

El estruendo lo llena todo

El auténtico grito, el estruendo, en el mercado de Coyoacán
Así describe José Emilio Pacheco el terremoto del 19 de septiembre de 1985 en «Las ruinas de México»: «El día se vuelve noche,/ polvo es el sol,/ el estruendo lo llena todo». Así lo recoge la Gaceta de la UNAM. Hoy se cumplen treinta años del desastre. Estos días los sentidos se sobrecogen ante el temblor de banquetas, elevadores, secamanos, regaderas y vehículos que convierten cada día en un acercamiento al objetivo de esta estancia: la dimensión social en la poesía mexicana desde 1960. Herencia, tradición y renovación en la obra de Vicente Quirarte. 

martes, 15 de septiembre de 2015

Gracias

Tras diez días en México solo puedo decir gracias.
Reforma desde el Castillo Chapultepec

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Al lugar donde fuiste feliz deberías tratar de volver

Menos lo que buscaba todo lo encontré en la ciudad más grande del mundo
Joaquín Sabina

Apenas empieza septiembre. Está lloviendo. Por la tarde. Y estoy a punto de volver a México. Donde también llueve. Sobre todo por la tarde.
No la deshice
            Hace cuatro años regresé de la mejor experiencia: un semestre de intercambio en la UNAM. En este blog contaba lo que hacía, con la idea de que la familia y los amigos pudieran saber, desde España y a cualquier hora, cómo me iba. Me fue muy bien. Así que poco a poco fui anotando detalles o curiosidades que me impactaban y que me eran difíciles de imaginar en España. Me preguntaba qué pensarían de esa vida, sobre todo, mis padres: qué sonrisa o qué ceño delatarían sus impresiones, qué cara pondrían. Aquellos meses pasaron rodeados de gente de todo el mundo, de todas las ideas y de todas las costumbres y vicios. Benditos vicios. Allí encontré ese gusto que ya surgía desde aquí. La afición por la poesía mexicana. Entonces no lo sabía, me gustaban las dos por separado, y encontrarlas juntas me motivó a intentar dedicarme a eso. A esto. Así que me subí al avión de regreso con la idea de eso mismo: de regresar.

            Desde entonces acabé la carrera, vi veinte veces las fotos y me decidí a hacer el doctorado. Esta semana voy de nuevo a la UNAM. Durante tres meses estudiaré a fondo la poesía mexicana, tomando como eje a Vicente Quirarte. Antes voy acompañado por mis padres. Sabré qué cara ponen. Retomaré este blog con la intención de contar y de incitar a que vengan. Mójense. México bien vale la pena.