Jack Kerouac (1922-1969)
fue un escritor estadounidense que marcó con fuerza la libertad artística de la
Generación Beat. Tanto que da nombre al Festival internacional de poesía y performance,
aunque debería definirse como poesía o performance.
Mientras surge una nueva asignatura,
Teoría y Análisis literario, para dar clases de 8 a 10, también lunes y miércoles,
me preparo para ir al antiguo DF y disfrutar así de un evento que está íntimamente
ligado con el proyecto de experimentalidad poética del que hablamos el otro día
en Radio BUAP.
Isabel Zapata presenta Antílope en la Increíble |
Desde la 4 poniente salen autobuses
cada media hora a la ciudad de México. Por 310 pesos (unos 15 euros) y en poco
más de dos horas, llegas al aeropuerto, cuya parada de metro es Terminal aérea,
en la línea amarilla. De ahí llegas hasta Insurgentes y recuerdas la película
Roma de Cuarón mientras te acercas a la librería Increíble. La editorial
Antílope ha organizado una velada: Poesía contra la cuesta de enero. Maricela
Guerrero lee algunos textos de El sueño
de toda célula y otras novedades inéditas que retoman a sor Juana; Robin
Myers concentra el inglés una particular poética que traduce también con su
sello Ezequiel Zaidenwerg, que luego haría una performance con el gran Hernán
Bravo Varela. Qué voz tiene. Esta vez canta el himno de EUA para solapar voces,
lenguas y límites en un texto de Zaidenwerg. Javier Peñalosa señala el paso del
agua en una ciudad abarrotada de gente. Así está la librería. Cómo se siente
uno al ver en persona y en estantes el objeto de estudio. Generoso y amable
sujeto. Cerca, en La Casa de la Tlayuda, se preparan unos tacos Zipolite de
pulpo al ritmo de Lila Downs.
Exposición fotográfica en el Zócalo de la ciudad de México |
No suele aparecer en los buscadores
de internet (ya de por sí deficientes y poco actualizados a la hora de planear
una ruta en México), pero en Perisur, junto a la pirámide de la Coatlicue, Grupo
Pullman de Morelos ofrece constantes y cómodos viajes a Cuernavaca. La
camioneta de no más de veinte personas llega en una hora exacta. Notas el calor
y la vibra del Tepozteco. El camino es muy grato cuando compartes la bondad de
quien tanto te ha enseñado estos años.
Una casa de Cuernavaca |
Ya en la tarde empieza el esperado Festival.
Arranca en Galera, cerca del metro Cuauhtémoc. Techos altos, ventanas lúcidas,
focos dispares y plantas que riman con los colores de un local muy sugerente,
en contraste con propuestas que no acaban de transmitir más que sorpresa. Hace
ocho años esta idea surgió en Vigo, luego fue a Nueva York y por primera vez llega
a México. “Tender puentes transatlánticos”: dicen que es el propósito. Marcos
de la Fuente organiza todo y repite versos en un tono forzado que no acaba de provocar
más que los bostezos a los que alude. Pide un aplauso. Hay quien lo hace
abriéndose el vestido. También de España viene Ana Vidal, que recitará los mismos
textos el siguiente día. Esta primera jornada se salva con Rocío Cerón, que presenta
un trabajo más sólido, con Abraham Chavelas y Rubén Gil: un proyecto y unas
técnicas que realmente dialogan con otras artes, con la puesta en escena.
Museo Estudio de Frida Kahlo |
A la mañana siguiente un ejemplo al
que seguir me enseña el ITAM. Allí se celebra una competición de robótica. A
nivel nacional distintas preparatorias se concentran en torno a máquinas que buscan
la autonomía humana. Cerca (es un decir) se encuentra el Estudio de Diego
Rivera y Frida Kahlo. Por unos 35 pesos (menos de dos euros) puedes ver las
herramientas de trabajo de él, en una casa roja de varias plantas, con enormes cristaleras
al norte que traen la luz solar de manera indirecta, para que no sufran las obras
que reivindicaban la identidad nacional después de la Revolución. El famoso
puente del arquitecto Juan O´Gorman, que también tiene su anexo, da a una casa
azul, de Frida, con una muestra más humilde y apagada que la del “sapo” ligado al
surrealismo. Al salir, en San Ángel, se arma un mercado con turistas y cuadros.
Por la cantina La Invencible se llega al Metrobús y de ahí a Tlalpan, donde el
restaurante yucateco reúne a quienes estos años te han tratado con el jugo de
la cochinita y la dulzura de una charola que conecta con los bolillos que se
venden del otro lado.
Tlalpan |
El sábado el Festival se celebra en
el Centro Cultural de España en México, en el centro. Puedes bajar en Pino
Suárez, donde suele haber un predicador que conjuga más artes que las vistas,
oídas, sentidas, palpadas. Esta vez sí se llena la sala, hasta arriba, pero Horacio
Warpola se cae en el último momento y solo destaca el final, con Literal Sound
Machine (Samuel Padilla, Checo Ramírez y Martha Mega). Una crítica a la
imposición cultural in situ, una denuncia
de los feminicidios, una sátira de Donald Trump o Tinder, con cuidados medios
electrónicos, ilustraciones y ritmo (eso es lo que quizá aún falta por
experimentar) ponen el cierre a una sesión que continuaría el domingo en el
Centro gallego de la ciudad de México.
Literal Sound Machine |
Cerca, en el Museo de la Ciudad de
México, hay cinco salas con exposiciones sobre el espacio urbano a lo largo de
los siglos y las geografías, de los últimos años chilangos, de pintores que se
tocan con Quirarte y la mejor, La traza del 68. Textos a propósito de la Matanza
de Tlatelolco y una cuidada instalación de objetos cincuentenarios liberan el
sentimiento de unos problemas que continúan presentes en la sociedad mexicana. Ofreceremos
una mirada en este sentido durante la semana.
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