lunes, 21 de enero de 2019

Kerouac




Jack Kerouac (1922-1969) fue un escritor estadounidense que marcó con fuerza la libertad artística de la Generación Beat. Tanto que da nombre al Festival internacional de poesía y performance, aunque debería definirse como poesía o performance.

            Mientras surge una nueva asignatura, Teoría y Análisis literario, para dar clases de 8 a 10, también lunes y miércoles, me preparo para ir al antiguo DF y disfrutar así de un evento que está íntimamente ligado con el proyecto de experimentalidad poética del que hablamos el otro día en Radio BUAP.


Isabel Zapata presenta Antílope en la Increíble
            Desde la 4 poniente salen autobuses cada media hora a la ciudad de México. Por 310 pesos (unos 15 euros) y en poco más de dos horas, llegas al aeropuerto, cuya parada de metro es Terminal aérea, en la línea amarilla. De ahí llegas hasta Insurgentes y recuerdas la película Roma de Cuarón mientras te acercas a la librería Increíble. La editorial Antílope ha organizado una velada: Poesía contra la cuesta de enero. Maricela Guerrero lee algunos textos de El sueño de toda célula y otras novedades inéditas que retoman a sor Juana; Robin Myers concentra el inglés una particular poética que traduce también con su sello Ezequiel Zaidenwerg, que luego haría una performance con el gran Hernán Bravo Varela. Qué voz tiene. Esta vez canta el himno de EUA para solapar voces, lenguas y límites en un texto de Zaidenwerg. Javier Peñalosa señala el paso del agua en una ciudad abarrotada de gente. Así está la librería. Cómo se siente uno al ver en persona y en estantes el objeto de estudio. Generoso y amable sujeto. Cerca, en La Casa de la Tlayuda, se preparan unos tacos Zipolite de pulpo al ritmo de Lila Downs.

Exposición fotográfica en el Zócalo de la ciudad de México
            No suele aparecer en los buscadores de internet (ya de por sí deficientes y poco actualizados a la hora de planear una ruta en México), pero en Perisur, junto a la pirámide de la Coatlicue, Grupo Pullman de Morelos ofrece constantes y cómodos viajes a Cuernavaca. La camioneta de no más de veinte personas llega en una hora exacta. Notas el calor y la vibra del Tepozteco. El camino es muy grato cuando compartes la bondad de quien tanto te ha enseñado estos años.
Una casa de Cuernavaca
            Ya en la tarde empieza el esperado Festival. Arranca en Galera, cerca del metro Cuauhtémoc. Techos altos, ventanas lúcidas, focos dispares y plantas que riman con los colores de un local muy sugerente, en contraste con propuestas que no acaban de transmitir más que sorpresa. Hace ocho años esta idea surgió en Vigo, luego fue a Nueva York y por primera vez llega a México. “Tender puentes transatlánticos”: dicen que es el propósito. Marcos de la Fuente organiza todo y repite versos en un tono forzado que no acaba de provocar más que los bostezos a los que alude. Pide un aplauso. Hay quien lo hace abriéndose el vestido. También de España viene Ana Vidal, que recitará los mismos textos el siguiente día. Esta primera jornada se salva con Rocío Cerón, que presenta un trabajo más sólido, con Abraham Chavelas y Rubén Gil: un proyecto y unas técnicas que realmente dialogan con otras artes, con la puesta en escena.
Museo Estudio de Frida Kahlo
            A la mañana siguiente un ejemplo al que seguir me enseña el ITAM. Allí se celebra una competición de robótica. A nivel nacional distintas preparatorias se concentran en torno a máquinas que buscan la autonomía humana. Cerca (es un decir) se encuentra el Estudio de Diego Rivera y Frida Kahlo. Por unos 35 pesos (menos de dos euros) puedes ver las herramientas de trabajo de él, en una casa roja de varias plantas, con enormes cristaleras al norte que traen la luz solar de manera indirecta, para que no sufran las obras que reivindicaban la identidad nacional después de la Revolución. El famoso puente del arquitecto Juan O´Gorman, que también tiene su anexo, da a una casa azul, de Frida, con una muestra más humilde y apagada que la del “sapo” ligado al surrealismo. Al salir, en San Ángel, se arma un mercado con turistas y cuadros. Por la cantina La Invencible se llega al Metrobús y de ahí a Tlalpan, donde el restaurante yucateco reúne a quienes estos años te han tratado con el jugo de la cochinita y la dulzura de una charola que conecta con los bolillos que se venden del otro lado.
Tlalpan
            El sábado el Festival se celebra en el Centro Cultural de España en México, en el centro. Puedes bajar en Pino Suárez, donde suele haber un predicador que conjuga más artes que las vistas, oídas, sentidas, palpadas. Esta vez sí se llena la sala, hasta arriba, pero Horacio Warpola se cae en el último momento y solo destaca el final, con Literal Sound Machine (Samuel Padilla, Checo Ramírez y Martha Mega). Una crítica a la imposición cultural in situ, una denuncia de los feminicidios, una sátira de Donald Trump o Tinder, con cuidados medios electrónicos, ilustraciones y ritmo (eso es lo que quizá aún falta por experimentar) ponen el cierre a una sesión que continuaría el domingo en el Centro gallego de la ciudad de México.

Literal Sound Machine
            Cerca, en el Museo de la Ciudad de México, hay cinco salas con exposiciones sobre el espacio urbano a lo largo de los siglos y las geografías, de los últimos años chilangos, de pintores que se tocan con Quirarte y la mejor, La traza del 68. Textos a propósito de la Matanza de Tlatelolco y una cuidada instalación de objetos cincuentenarios liberan el sentimiento de unos problemas que continúan presentes en la sociedad mexicana. Ofreceremos una mirada en este sentido durante la semana.




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