miércoles, 2 de septiembre de 2015

Al lugar donde fuiste feliz deberías tratar de volver

Menos lo que buscaba todo lo encontré en la ciudad más grande del mundo
Joaquín Sabina

Apenas empieza septiembre. Está lloviendo. Por la tarde. Y estoy a punto de volver a México. Donde también llueve. Sobre todo por la tarde.
No la deshice
            Hace cuatro años regresé de la mejor experiencia: un semestre de intercambio en la UNAM. En este blog contaba lo que hacía, con la idea de que la familia y los amigos pudieran saber, desde España y a cualquier hora, cómo me iba. Me fue muy bien. Así que poco a poco fui anotando detalles o curiosidades que me impactaban y que me eran difíciles de imaginar en España. Me preguntaba qué pensarían de esa vida, sobre todo, mis padres: qué sonrisa o qué ceño delatarían sus impresiones, qué cara pondrían. Aquellos meses pasaron rodeados de gente de todo el mundo, de todas las ideas y de todas las costumbres y vicios. Benditos vicios. Allí encontré ese gusto que ya surgía desde aquí. La afición por la poesía mexicana. Entonces no lo sabía, me gustaban las dos por separado, y encontrarlas juntas me motivó a intentar dedicarme a eso. A esto. Así que me subí al avión de regreso con la idea de eso mismo: de regresar.

            Desde entonces acabé la carrera, vi veinte veces las fotos y me decidí a hacer el doctorado. Esta semana voy de nuevo a la UNAM. Durante tres meses estudiaré a fondo la poesía mexicana, tomando como eje a Vicente Quirarte. Antes voy acompañado por mis padres. Sabré qué cara ponen. Retomaré este blog con la intención de contar y de incitar a que vengan. Mójense. México bien vale la pena.

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