En este blog narro mi vida en México D.F. durante un semestre de intercambio España-México, con el propósito de que mi familia y mis amistades puedan estar al tanto; y con el objetivo de que, si hay estudiantes que van a viajar a este lindo país, puedan tener una somera idea de lo que aquí se van a encontrar.
El viernes se inauguró la Feria. Vicente
Quirarte habló de lo fantástico con Chaz Brenchley. Reino Unido y Morelos son
el país y el estado invitados. A esa misma hora Ériq Sáñez, mi compañero de
clase en 2011, presentó su obra La novela
zombi (Ganadora del Premio Nacional de Cuento Breve Julio Torri 2014).
En este país pasan muchas cosas. Es
normal pues que coincidan. Eso incordia, pero también supone coincidencias
sorprendentes. Por ejemplo, hace unos días conocí en la UNAM a una chica de
Irán que estudió en la Universidad de Alicante. La próxima semana se celebra en
Puebla un Congreso de poesía y poética. Estos hechos parecen independientes, a
priori. Nos tocó juntos en la mesa. No sabía que participara. Esto es solo una
pequeña muestra de los vuelcos para bien y para mal (en este caso para bien)
que México y DF provocan.
Frida y Diego en Madero
El sábado lo pasé también en la
#FILZócalo. Allí vi a uno de los pilares de la tesis: Homero Aridjis, quien
días después celebraría en el Museo de la Ciudad de México sus setenta y cinco
años. En 2011 aprendí inglés con una chica que hacía su servicio para
graduarse. Después de cuatro años nos volvíamos a ver. Comimos en La bipo. Una
cantina típica decorada con alebrijes y colores que en conjunto forman un
peculiar mosaico de temas y épocas. La música de los Jaguares acompañó las
quesadillas de flor de Jamaica. Cuando nos fuimos empezaba un concierto en el
salón que comunica la bocacalle con Madero y un patio de piedra centenaria y
cuadros de arte contemporáneo. Hay otra en Coyoacán que, según dicen, está
mejor que esta del Centro histórico. Pero aquí no hubo peros. Un diez a la comida
y al servicio. Por la noche Serrat nos demostró por qué este país es distinto y por qué España vale la pena.
Esculturas de Javier Marín, frente al Templo Mayor
Famoso restaurante donde Pancho Villa balaceó el techo
Los lunes una señora vende (entre
verduras y dulces) tortillas azules recién hechas en la puerta del Condominio
el Altillo (Av. Universidad, 1900). Esto fue una sorpresa agradable. Las
desagradables (aunque ya no tan sorprendentes) vinieron antes de las
bibliotecas de la UNAM. Es enorme el catálogo de libros de los que dispone.
Pero mucho menos los libros que sí tiene. Los principales autores y títulos no
están. Aparecen en la base de datos pero no en la estantería. Parece que los roban.
Es la única explicación que encuentran los bibliotecarios, quienes calculan que
son tres los años que pasan entre robo y reposición. Una lástima. Uno de los
peros. Otro de los vicios que manchan la bondad de la mayoría.
Mi compañero de piso y yo estuvimos
discutiendo. ¿La chica del traductor de Google sesea? Esa era la pregunta que
nos hacíamos. Tras buscar varias palabras inglesas que en español tuvieran
“zeta” o “ce”, llegamos a la conclusión de que “seseaba”. Así lo demuestró
“peace” (paz). Al oír “pas” enseguida llegamos a la conclusión. Yo dije “sesea”
y él dijo “no sesea”. Estuvimos un tiempo con esa pescadilla. Mi compañero es
mexicano y ni él ni yo caíamos en que decíamos lo mismo. Debíamos de estar
cansados para crear tal absurdo. Los dos defendíamos lo mismo, solo que él
sesea y yo ceceo.
Ahora mismo está en marcha el 43 Festival Internacional Cervantino.Casualmente este
año han puesto los números en romanos. No podré ir, pero tiene muy buena pinta.
Si están en México durante octubre, acérquense a Guanajuato: la fiesta y la
cultura son sinónimos.
Aquí no se jubilan. La muerte es el
inicio de la vida. Son una moneda, muchas veces con dos cruces.
Festival Internacional de Poesía de la Ciudad de México, organizado por Manuel Cuautle
La Feria del libro me impacta. En
todas las charlas hay gente. Siempre participan, comentando o preguntando. Les
regalaban libros cuando lo hacen o cuando simplemente asisten. Hay traductores
simultáneos. También intérpretes. Aunque ninguno expresa los poemas. Un
silencio acapara o acalla. El proyecto Ver
la poesía podría enseñar a desarrollar reducir este vacío. Recuerdo una
imagen que tiene que ver con la feria y la intérprete de lengua de signos.
Cuando los poetas recitaban, ella se sentaba a un lado del escenario. Entonces
una niña que se parecía muchísimo a ella se le acercaba y le mostraba un
cuaderno. La tarea era compartida en una carpa llena de voces y libros. ¿Qué
mejor lugar para aprender?
Homenaje a Homero Aridjis
Entre las editoriales
independientes, cabe destacar Malpaís, Cuadrivio, Verso Destierro y Almadía.
Publican poesía mexicana con buen trabajo y a poco precio. En general los
libros son muy baratos. 100 pesos (poco más de cinco euros) es el precio medio.
Eso, y que constantemente hay autores firmándolos, engorda mi estantería. Es un
gusto verla cuando entro en mi cuarto.
secuelas de la Feria del libro
La caseta de Letras libres tiene
muchísimos números (al igual que otras revistas). Por quince pesos (menos de un
euro) puedes conseguir ejemplares muy interesantes. Grafitis, conciertos y
dulces acompañan el papel que siguen protagonizando las páginas de vida que son
los libros.
Dos nombres: Poniatowska (que cierra
la XV edición) y Manuel Cuautle (que organizó el Festival Internacional de
Poesía de Ciudad de México y que además es un poeta muy sugerente que ambienta
El suicidio del caracol, 2005, en el Altillo, donde vivo).
Desfile de alebrijes desde el Zócalo
Felipe VII, por Goya
Tengo ganas de ver La gravedad del silencio en la cineteca
y de leer Los campos no elicios, de
Bertha María Inzunza: Segundo premio de Poesía joven “Alejandro Aura”. Me quedo, para terminar este repaso de DF con dos
frases de Poetas que pasaron por el Zócalo estos días: “En la ciudad vemos la
lluvia caer, en el campo la vemos avanzar” (Pedro Serrano); “Ten presente que
el arte de aprender también empieza recordando” (Jorge Fernández Granados).
Entre otras actividades
que merecen la pena en DF, está la exposición de Goya y Velázquez (Yo, el Rey)
en el MUNAL, las exposiciones sobre los treinta años del sismo en el Museo de la Ciudad de México o en el Museo del Estanquillo, el desfile de alebrijes que calienta ya el día de muertos o el 12 º Festival
Vive la Izquierda Iztacalco donde actúan Fernando Delgadillo y Pablo Milanés,
entre otros (todas, opciones gratuitas).
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