viernes, 2 de octubre de 2015

111

Llegamos a la Plaza de las Tres Culturas y comenzó a lloviznar
Ana Ignacia Rodríguez, Nacha,
del Comité de Lucha de la Facultad de Leyes, UNAM
  

111... en el Zócalo
«Dos de octubre no se olvida». 68 y 43 son dos números que significan más que el orden y la cantidad. El 2 de octubre de 1968 y el 26 de septiembre de 2014 fueron asesinados estudiantes. ¿Dónde está el complemento agente de esta frase? Pese a la pasiva, la gente sigue activa, pidiendo respuestas. De la primera matanza quedó el 68, de la última (o de la más reciente) el 43. Ambos suman 111. Este símbolo de iguales, de pie y en marcha conectó un país en una semana donde el arte y la lluvia median en la expresión trágica.

Marcha Ayotzinapa

            El sábado 26 la marcha por Ayotzinapa llegó al Zócalo. Hasta que anocheció siguieron arribando pancartas, mensajes y cánticos a una plaza bañada en lágrimas. La lluvia y el frío no impidieron que los familiares de los desaparecidos agradecieran la comunión que bajo paraguas gritaba «¡No están solos!».
Escultura de Miguel Ángel

El ojo narrador 
            El nudo en la garganta a veces se desata con el arte, que es expresión del ser humano. Así que busqué respuestas en el Palacio de Bellas Artes, donde se exponía por penúltimo día la exposición de Miguel Ángel Buonarroti (con la credencial UNAM es gratis). Escultura, pintura y arquitectura son tres formas de reflejar el mundo. El espacio y el tiempo se disuelven al vernos, ya sea como creencias o costumbres que forman el gesto y la interacción entre los semejantes.
            Además de los murales de Diego Rivera o David Alfaro Siqueiros, entre otros, en este centro rocambolesco se podía entrar en la creación de Farabeuf o la crónica de un instante (1965) de Salvador Elizondo. Hoy es el último fin de semana para escuchar y ver la dimensión que creó el escritor mexicano y que compartió enteramente a todas las regiones.

Lenguaje (re)incluyente,
en el metro
            Si comparamos el peso mexicano con el euro, el valor del primero ha disminuido en estos últimos cuatro años. En 2011 un euro equivalía a unos 17 pesos. Podíamos pensar en pesetas añadiendo un cero al precio de la república mexicana. Por ejemplo, 100 pesos eran 1000 pesetas, seis euros. Ahora, un euro está más cerca de los 19 pesos. 100 pesos son poco más de cinco euros. Esto abarata los gastos (que no la vida). El precio del transporte público, en general, es un tercio de lo que vale en España. Además, los taxis pueden cruzarte la ciudad (en una hora aproximadamente) por cien pesos (6 euros en 2011, poco más de cinco en 2015). El banderazo de salida suele ser de 8,74 pesos (cincuenta céntimos) y lo que uno aprende conversando con estos testigos arteriales es impagable. Los libros también están al alcance de la mayoría. No de todos, todavía, lamentablemente. La credencial UNAM, por ejemplo, conlleva un 20% de descuento en la Librería UNAM Jaime García Terrés que hay al salir de Ciudad Universitaria por la Facultad de Derecho. Estas diferencias perjudican a los mexicanos que, recientemente, ven cómo el salario mínimo se sitúa en unos setenta pesos diarios (así, en minúsculas y con letras, no más de cuatro euros). Y hablando de libros cabe destacar La democracia en México de Pablo González Casanova que cumple cincuenta años y que fue tema de la UNAM, tal como cuenta su Gaceta.
            La distancia entre Tlatelolco y Ayotzinapa se estrechó el martes 29 en el auditorio Ius Semper Loquitur de la Facultad de Derecho. Allí se refugiaron los activistas que hoy reciben el aplauso de las nuevas generaciones; inmersas en esa «depresión colectiva», pero con la fuerza y la experiencia de la historia. Allí está, la sesentayochista Ana Ignacia Rodríguez, «la Nacha» y el estudiante de Ayotzinapa Levy Hernández. Además, profesores y miembros del movimiento nos explican los fallos y los aciertos que entonces se tuvieron y que ahora hay que considerar. También se habla del proceso antidemocrático por el que será elegido el nuevo rector de la UNAM. Esta es la máxima casa de estudios, lo mejor del país, y no puede corresponder solo a quince personalidades la elección del cambio. El lunes 5 a las 10 h., frente a rectoría, habrá un encuentro con los candidatos.
            Las palabras del superviviente y por ello testigo de Ayotzinapa enmudecen la sala que minutos antes se había levantado para gritar «¡Presente!» a la vez que recitábamos el poema «Cada uno» de María Baranda. Mientras su voz, sorprendentemente firme, esquivaba la oscuridad de la memoria, unos martillos sonaban a su lado izquierdo. Aunque parece que tal reforma (junto a otras incomodidades) estaba planeada por parte del derecho más a la derecha para sabotear la Jornada, aquel trabajo obrero, más que acallar, acompañó el tono de quien habla por 43. Por respeto, no recrearé lo que ahora dijo que vio, escuchó y sintió entre sangre y saliva hace más de un año. Ojalá su palabra y la del resto lleven a que el caso sea considerado por los órganos transamericanos.

Levy Hernández explica qué pasó y qué pasa
            Del 29 al 1 de octubre se celebró el «Coloquio Internacional Comunidades, mediaciones y mercados: literaturas en México 1994-2014» en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Varios seminarios organizaron durante los tres días ponencias y conversatorios con investigadores y poetas de primer nivel (que es el nivel que entiende solo de una misma altura). Al escucharlos surgen una serie de inquietudes y ganas por estudiar este diálogo entre la literatura y la sociedad. Las fronteras entre ambas no las delimitan, sino que multiplica los procesos y modos de lectura que acaba siendo la escritura. Yuri Herrera, Jorge Fernández Granados y Cristina Rivera Garza pusieron el broche al final de cada jornada. La organización y las intervenciones en un rico turno de preguntas confirman que la literatura en México supera las comunidades, mediaciones y mercados.

«Coloquio Internacional Comunidades, mediaciones y mercados:
literaturas en México 1994-2014»
            El miércoles, cuando estaba en el Coloquio, sonó un bocinazo. Enseguida hablaron de la alarma sísmica. Salimos a las islas del campus central de CU, como muchos otros estudiantes. Entonces supe que lo que escuché la noche anterior desde la cama no era uno de esos desbocados peseros. Felizmente no hubo daños ni heridos. Este método, activo desde el 19 de septiembre (cuando se cumplieron treinta años del desastre de 1985), previó quién sabe qué. La vida se siente mucho más donde la naturaleza nos mueve y nos conmueve.

«Impresión de la Habana», José Juan Tablada

            Ayer Quirarte volvió a regalarme y enseñarme mucho más que palabras. El trato con el poeta me permitió confirmar que las tachaduras y anotaciones que encontré en uno de sus libros de la Biblioteca Nacional eran suyos y me ayudarán a trazar un proceso de escritura que busca la sencillez, y no la simplificación. El Premio Novel Internacional de Poesía Universitaria "Cátedra Miguel Hernández" fomenta esta expresión universal. Por la noche, cerramos el Coloquio cantando «Las mañanitas» a Cristina entre tarros oscuros y herraduras blancas. Cuánto queda por aprender... Hoy, dos de octubre, además de la concentración con motivo del 68, se representa al respecto la obra Eper de Tania Campos Thomas: será en una función única a las 19:30 h. en el teatro «Arq. Carlos Lazo» de la Facultad de Arquitectura de la UNAM.

            Unámonos.

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